Os presento a Killer, un bulldog francés remitido por el traumatólogo para valorar medicina alternativa, ya que la medicina convencional no tenía tratamiento posible para él. Su problema era que el disco intervertebral entre C3 y C4 estaba calcificado como puede verse en las radiografías.
A consecuencia tenía mucho dolor en el cuello, los músculos estaban permanentemente contracturados. Tomaba de contínuo cortisona, opiáceo y puntualmente relajantes musculares, a pesar del tratamiento, Killer era incapaz de mover el cuello, cuando lo llamabas movía y te seguía con los ojos.