Espondiloartrosis osificante · Espondilosis deformante · Picos de Loro

Espondiloartrosis osifican, espondilosis deforman, picos de loro... Todos estos nombres recibe esta enfermedad, aunque para ser exactos existen leves diferencias en su manifestación, según se trate de una u otra. Consiste en la aparición de exóstosis óseas en la parte ventral de las vértebras, como consecuencia la mayor parte de veces, de la calcificación del ligamento ventral longitudinal que recorre toda la columna en la parte central. 

La imagen radiográfica es muy característica, la vértebra pierde su forma redondeada y con la separación correspondiente de la vértebra adyacente, ya sea anterior o posterior, y crea puentes de hueso para unirse a ella, los llamados picos de loro por la forma de gancho típica. Estos puentes óseos llegan a fusionarse completamente y dichos puentes una vez fusionados pueden romperse incluso. 

Tengamos en cuenta que durante el proceso de osificación las puntas de hueso que se van creando producen roces en los tejidos blandos de alrededor (músculos, ligamentos etc), también pueden irritar los nervios que abandonan la médula por entre dos vértebras y todo ello causa dolor, de ahí que los animales muestren dificultades para moverse, quejidos, caminar encorvado intentando no mover la zona. 

Los músculos que rodean al segmento vertebral afectado mientras se produce el proceso y hay dolor, se contraen para intentar inmovilizarlo y que los roces que producen el dolor sean los menos posibles, con lo que a la restricción en el movimiento causado por los picos de loro se suma la restricción en el movimiento producida por la contractura muscular.

Es una enfermedad muy frecuente en animales geriátricos de cualquier raza y talla. Fácilmente diagnosticable con radiografías. El tratamiento es paliativo ya que los puentes óseos no desaparecerán, pero podemos evitar el dolor y mantener un buen grado de movimiento entre las vértebras para que no se formen más picos. El tratamiento pasa por la manipulación quiropráctica del raquis de forma habitual. La medicina convencional utiliza antiinflamatorios no esteroideos (AINES), pero tengamos en cuenta que la espondilosis es crónica y el uso continuado de dichos medicamentos conlleva efectos secundarios importantes. Por tanto, en nuestra clínica abogamos por la medicina alternativa en estos pacientes, y sólo de forma puntual si es necesario, prescribimos AINES. Luna, es un gran danés hembra, nacida en 2007. Su propietaria es educadora canina, y Luna, participa en sesiones de socialización ayudando a otros perros. También hace ejercicios de búsqueda y rastro por lo que su grado de actividad es medio alto.

Recibí a Luna en 2010, ella tenía tres años y presentaba dolor desde el año de edad.Su dueña vino a consulta por quejidos al girar hacia ambos lados aunque más acentuado hacia el lado derecho. Traían radiografías hechas en 2008, tanto de columna como de hombro.Luna tenía la manía de lamerse la zona del hombro derecho, y debido a la sintomatología que ya existía teniendo Luna un año de edad,su veterinario había intentado averiguar la causa.

En las radiografías no había ninguna lesión evidente, ni cambios en el hueso, nada que explicara el dolor de Luna. En la exploración encontré restricciones en el movimiento en toda la columna torácica y lumbar, dolor en sacro, crepitación en ambas rodillas pero más en la derecha. Contracturas musculares en dorso, cuello y zona lumbosacra. En la estación, Luna presentaba asimetría postural, las caderas derecha e izquierda no estaban a la misma altura.

Hicimos nuevas radiografías:

En toda la columna habían crecido picos de loro intentando fusionar las vértebras. Eso producía el dolor, las restricciones en los giros, las contracturas musculares etc. En dos años su columna había cambiado y en las placas se veían modificaciones anatómicas muy severas, pero el animal mostraba sintomatología, dolor y problemas para moverse desde dos años antes, cuando en dichas radiografías no se veía nada. 

En la exploración quiropráctica se hubiera diagnosticado mucho antes de aparecer dichos cambios anatómicos, porque nos basamos en la palpación, en la valoración del ROM (range of movement) de cada segmento vertebral, y el ROM, disminuye drásticamente mucho antes de que aparezcan los picos de loro. El caso de Luna es extraño, en su caso no es por edad sino que se trata de una enfermedad congénita, de forma habitual no ocurre en animales jóvenes ni ocurre en tan alto grado, Luna tiene picos de loro en todo el raquis incluyendo cervicales. En animales viejos suele ocurrir en segmentos determinados, normalmente sobre todo en tránsito toracolumbar y lumbares. 

Según la quiropráctica, la osificación vertebral intenta inmovilizar zonas hipermóviles que a su vez compensan otras zonas hipomóviles de la columna. La clave es encontrar las hipomóviles para devolverles su ROM, desaparecen las zonas hipermóviles, y por tanto el cuerpo no creará fusiones para inmovilizar nada. Luna asiste una vez al mes más o menos para ajuste quiropráctico. Si cambia la estación o hace mucho ejercicio y está contracturada apoyamos con acupuntura y electroacupuntura. Tiene buena calidad de vida y ralentizamos el avance de la enfermedad.