Aquellos que hemos ido de forma más o menos asidua al quiropráctico o al espinólogo, sabemos los beneficios que tiene eso de que te ajusten las vértebras de vez en cuando, sabemos lo que impresiona y la libertad de movimientos que se siente tras la sesión en la que se desbloquean las vértebras que estaban fijadas. Sin profundizar mucho ya que en la web ya existe una explicación amplia sobre el concepto, la quiropráctica, diagnostica las vértebras que están restringidas en movimiento y las desbloquea mediante una manipulación de alta velocidad, corta amplitud y en la dirección exacta en que dicha manipulación debe hacerse.
Todos, en mayor o menor medida tenemos complejos de subluxación vertebral, desajustes o desalineaciones en el raquis o columna vertebral. Dichos desajustes con el tiempo van ocasionando otros que se producen por compensar los primeros y mantener la correcta linea, las fuerzas y tensiones distribuídas por igual para que el bípedo (humano) o cuadrúpedo (equino) pueda moverse con soltura, repartiendo el peso en las extremidades equitativamente y sin dolor, etc. Con la diferencia de que un animal que pesa 500 o 600 kg, tiene más fuerzas y peso que repartir.
Pensemos simplemente en lo que supone que un caballo vaya mal herrado, y cuando digo mal herrado me refiero a que no vaya bien equilibrado, o que vaya más largo de una mano o de un pie, un desequilibrio de milímetros ocasiona unos cambios brutales en la columna vertebral, molestias en principio que se pueden traducir en dolor de dorso con poco tiempo y a largo plazo en cambios degenerativos que pueden verse en radiografías, pero al cabo del tiempo, es decir, que lo primero que se nota es una restricción de movimientos en una articulación y eso, es lo que explora el quiropráctico.
Muchos caballos que temen al jinete, que con sólo ponerles la silla se encogen bloqueando una zona del dorso porque saben que les duele, es imposible que trabajen bien con dicha rigidez. Muchos caballos que el propietario se queja de que no trabaja igual a una mano que a la otra, que cuesta sacarle un galope, pueden tener problemas de ATM (articulación temporomandibular) y se sienten incómodos con el bocado. Caballos a los que se les hace trabajar, apoyos, doma clásica, saltos etc necesitan contrarrestar con quiropráctica las posiciones antinaturales que se les hace adoptar para realizar ejercicios estéticos pero poco adecuados a la morfología equina. Tanto los que son atletas como los de uso particular aunque con distinta frecuencia, precisan del cuidado de su espalda para poder ser funcionales durante mayor tiempo. Incluso la artrosis en gerontes se beneficia enormemente del tratamiento quiropráctico.
A continuación tenemos un video en el que se recogen diversos momentos de una sesión de quiropráctica.
Como habéis podido ver, el quiropráctico explora cada articulación buscando restricciones en el movimiento normal y las retorna a su estado sano.
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