Pola es una perra mestiza grande que lleva años viviendo en
la protectora Modepran. Actualmente vive en una casa de acogida y de ella se
ocupa una clienta nuestra que es voluntaria de Modepran.
Susana que es nuestra clienta desde hace años, la trajo un
día para pedirnos opinión ya que Pola estaba en tratamiento de patología renal.
En la consulta diagnosticamos una masa en la zona del saco anal derecho, nadie
se había dado cuenta hasta ese momento, la masa era suficientemente grande como
para desviar el esfínter anal hacia el lado izquierdo. Ante la sospecha de un
tumor la remitimos al especialista en oncología.
Tras las pruebas pertinentes Pola fue diagnosticada de un
adenocarcinoma de sacos anales.
"Los carcinomas
de sacos anales son tumores de tipo
neuroendocrino que se originan en las
células de los sacos anales de
perros. Suele darse en perros de
razas grandes y son agresivos localmente
pudiendo generar masas de gran tamaño,
y también tienen la capacidad de
metastatizar, lo que ocurre en la
inmensa mayoría de los casos. Es por
ello que el tratamiento recomendado es
la cirugía para tratar el problema
local, además de administrar algún
tratamiento sistémico (quimioterapia o terapias
teledirigidas) que traten la enfermedad
metastásica."
Las radiografías no mostraban metástasis en tórax. La ecografía mostró
alteración en ganglios linfáticos iliacos y un nódulo en bazo además de un feto
momificado en útero. El oncólogo propuso cirugía y quimioterapia pero por
desgracia tras hacer la laparotomía decidieron cerrar abdomen sin llevar a cabo
la operación ya que no vieron
posibilidad de extirpar todo, en consecuencia también decidieron no extirpar la
masa perineal. Comenzó con quimioterapia pero ha habido que modificar los
tratamientos y pautas por consecuencias digestivas.
Fue entonces, ante las pocas posibilidades terapéuticas existentes cuando
decidimos intentar la ozonoterapia. Las pautas de tratamiento con ozono han
consistido en infiltraciones de ozono en la masa perineal y autohemoterapia
mayor. Al principio se hicieron sesiones más seguidas coincidiendo con los
problemas gastrointestinales que Pola presentaba, ya que el ozono le ayudaba a
tolerar mejor la medicación. Actualmente le hacemos un sesión al mes de
mantenimiento.
Hemos comprobado que el ozono infiltrado en la masa la reduce en tamaño.
Esperemos que las ecografías de control nos digan lo mismo de las metástasis.
Actualmente abril de 2016 (empezamos el tratamiento en agosto de 2015) el
esfinter anal está prácticamente en su ubicación fisiológica, Pola no tiene
problemas para comer ni defecar, está activa, toma su medicación sin
consecuencias digestivas y hace vida normal. Tiene mucha suerte ya que en su
casa de acogida la tratan muy bien y los voluntarios se la llevan al río a
jugar y correr casi a diario, además de traerla a sus sesiones cuando
corresponde.
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