USO DE CÉLULAS MADRE EN MEDICINA VETERINARIA

Hace ya algún timepo que se vienen usando las células madre en la clínica veterinaria. Enfermedades y procesos como la Queratoconjuntivitis seca, artrosis, artritis, quemaduras, heridas crónicas que no cicatrizan, diabetes, insuficiencia renal o hepática, displasia de cadera o de hombro...tienen un enfoque terapéutico nuevo y eficaz sin efectos secundarios. Debido al reciente uso de estas técnicas, los rastreos o estadísticas nos hablan de meses o a lo sumo uno o dos años tras su utilización, es decir, que cuando buscamos información el respecto del tratamiento de una de estas patologías con células madre nos encontramos con pocas publicaciones y muy recientes, pero los resultados son esperanzadores y sorprendentes.
Os hablaré del uso de las células madre en la queratoconjuntivitis seca. Se trata de una enfermedad ocular muy frecuente en nuestras mascotas. Consiste en la falta de lágrima en los ojos, el ojo seco; realmente lo que ocurre es que el componente acuoso de la lágrima es defectuoso en mayor o menor medida, sí que persiste el componente lipídico y el mucoso; el resultado es que en el ojo u ojos secos se forman legañas mucosas verdes difíciles de eliminar, con la cronicidad del proceso la córnea degenera y muestra cicatrices debido a las úlceras constantes, conforme la enfermedad avanza se producen depósitos de pigmento en la córnea, ésta deja de ser transparente y por tanto la visión se afecta. El diagnóstico es sencillo, se le hace una prueba llamada test de Schirmer que mide la producción de lágrima de cada ojo, de forma que en un minuto sabemos si ese perrito padece o no la enfermedad.
Las causas de la QCS son varias, principalmente endocrina y/o inmunitaria. Actualmente la teoría con mayor aceptación habla de un problema inmunomediado.
Las células madre obtenidas del propio paciente o de donante,  son inyectadas una parte  via intravenosa  y otra parte, directamente  en las glándulas productoras de lágrima. Los resultados después de tres tratamientos con intervalo de tres semanas son, un aumento inmediato de la producción acuosa de la lágrima, desde la primera sesión, y por supuesto una descarga para el propietario que está habituado a poner entre cinco y diez tratamientos diarios en esos ojos entre gotas, pomadas, lubricantes etc En cuanto mejora la lágrima podemos ir prescindiendo de dichos tratamientos.
La infiltración no es dolorosa ni supone ninguna molestia para  el paciente.