Apareció tras una fiestorra tambaleándose y en estado semicomatoso. Lo trajeron a la clínica y comenzamos a investigar. Tras unos análisis, diagnosticamos leucemia felina con fallo hepático y anemia severa. El color de las mucosas era amarillo limón como podéis ver en las fotos:
La leucemia felina no tiene tratamiento eficaz en medicina convencional y en este estado el pronóstico era muy malo en pocos días. Así que propusimos a los propietarios el uso del ozono mediante autohemoterapias mayores, indicado para aumentar la capacidad de los glóbulos rojos, estimular la médula ósea en la fabricación de células sanguíneas y estimular el sistema inmunológico.
Tras dos autohemoterapias, Pelusa comía que se las pelaba y ya se quería volver a largar de fiesta. En la tercera y cuarta tuvimos que sedarlo ya que nos quería arrancar la piel a tiras y lo intentaba con las zarpas y dientes...
A pesar de que la clínica y los resultados analíticos nos indicaban que la mejor opción era la eutanasia, la tenacidad de los propietarios ha podido obrar el milagro. Ya son varios los casos de enfermedades víricas graves en gatos tipo inmunodeficiencia felina y leucemia felina que responden así de bien a la ozonoterapia, y aunque la enfermedad en sí no tenga cura, los signos clínicos desaparecen y la calidad de vida del paciente es completamente normal.
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